Carlos J. Finlay, un camagüeyano que se prolonga en el tiempo
Por Isván Manuel Cano Hidalgo
A la edad de 11 años, en 1844, lo enviaron a estudiar a Le Havre, en Francia, de donde regresó a Cuba dos años más tarde debido a una enfermedad.
Volvió al país europeo en 1848 para completar su educación. Después de un período en Londres ingresó en el Liceo de Rouen, en Francia, donde permaneció hasta 1851, cuando regresó a Cuba, convaleciente de un ataque de fiebre tifoidea.
No habiendo podido ingresar a la Universidad de
Recién graduado, pasó con su padre a Lima en 1856, para probar fortuna por un corto tiempo.
El 16 de octubre de 1865 se casó en
Fue miembro de
Presentando una hipótesis
Existe una anécdota que dice que estando una noche rezando el rosario, le llamó la atención un mosquito zumbando a su alrededor. Entonces fue que se decidió investigar a los mosquitos.
En
De regreso a Cuba, en junio de 1881, realizó experimentos con voluntarios y no sólo comprobó su hipótesis sino que descubrió también que el individuo picado una vez por un mosquito infectado, quedaba inmunizado contra futuros ataques de la enfermedad.
Con sus modestos medios fue capaz de identificar al agente transmisor de la enfermedad. Sus estudios le llevaron a entender que era la hembra fecundada de esta especie la que transmitía la fiebre amarilla.
En agosto del mismo año, en conferencia pronunciada en
Se comprueba la teoría con la práctica
Finlay no se detuvo en esa etapa de la concepción teórica y del planteamiento de la hipótesis, y diseñó un método experimental para verificar los elementos planteados.
La comprobación de que ese mosquito era el único transmisor de la fiebre amarilla en Cuba, se produjo mediante la virtual eliminación de la enfermedad en
El doctor William Crawford Gorgas, médico militar que había tratado de erradicar la fiebre amarilla en Santiago de Cuba sin conseguirlo, fue nombrado Jefe Superior de Sanidad en
A iniciativa de Finlay éste creó una Comisión Cubana de
El doctor Gorgas fue eventualmente enviado a sanear el Istmo de Panamá a fin de poder completar la construcción del canal, allí aplicó los mismos principios indicados por Finlay lo cual permitió terminar esa gran obra de ingeniería.
Una placa en el propio Canal de Panamá reconoce la contribución de Carlos J. Finlay en el éxito de esa magna obra.
Tratan de ignorar al sabio, pero triunfa la verdad
No obstante, por más de 20 años los postulados del doctor Finlay fueron ignorados y solamente después de terminada
A partir de los intentos de despojar a Finlay de su magno descubrimiento, se inició una batalla en todas las tribunas científicas mundiales que trataran sobre
Esa bandera la levantaron en un inicio sus colaboradores más cercanos, como Claudio Delgado Amestoy, Juan Guiteras Gener, Arístides Agramonte y los demás integrantes de
Fue en el XIV Congreso Internacional de Historia y Medicina, celebrado en Roma-Salerno en 1954 que se aprobó la moción:
"Sólo Carlos J. Finlay, de Cuba, es el único y sólo a él corresponde el descubrimiento del agente transmisor de la fiebre amarilla, y a la aplicación de su doctrina el saneamiento del trópico".
En una carta de Henry E. Sigerist a César Rodríguez Expósito, fechada el 24 marzo de 1955, el famoso médico e historiador suizo reconoce la paternidad del médico agramontino sobre el descubrimiento.
"Usted me ha convencido de que es a Finlay y no a Walter Reed a quien corresponde la prioridad en el descubrimiento del modo de transmisión de la fiebre amarilla".
Finlay fue un científico integral, pues a su trascendental obra en relación con la fiebre amarilla, unió su dedicación al estudio de otras dolencias como la lepra, las enfermedades de la visión, la malaria, el beriberi, la corea, la tuberculosis y el absceso hepático.
Fue él quien primero descubrió la existencia en Cuba de enfermedades como el bocio exoftálmico, la filariasis y la triquinosis; se adelantó a Carl von Rokitansky en la afirmación del origen hídrico del cólera y su observación sobre el tétanos infantil posibilitó hacer descender la mortalidad por dicha causa.
Su gran contribución para liberar al género humano de los terribles estragos de la fiebre amarilla y erradicar otras enfermedades, lo convirtieron en benefactor de la humanidad.
Fue propuesto para el premio Nobel en siete ocasiones y en ninguna se le confirió. Recibió, no obstante, importantes distinciones otorgadas por instituciones de Gran Bretaña y Francia.
Su obra científica escrita más importante fue sin dudas su artículo "El mosquito hipotéticamente considerado como el agente transmisor de la fiebre amarilla", publicado en 1881 en los Anales de
Este hijo ilustre de la tierra de El Mayor, eminente epidemiólogo y microbiólogo, falleció en
El nombre de Carlos J. Finlay permanece vigente, en virtud de los nuevos cauces que abrió al desarrollo de
Nota
[1]El primer Ministerio de Salud Pública del Mundo se creó en Cuba en 1909 y se le llamó en principio Secretaría de Sanidad y Beneficencia. Surgió en la etapa de
Etiquetas: aedes aegypti, agente intermediario, agente transmisor fiebre amarilla, canal de panamá, carlos j. finlay, ciencias médicas, cuba, fiebre amarilla, finlay, universidad de la habana, walter reed
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Chama! publica esto, mw!!!
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