Y si viene la guerra: Una apasionante lectura

Tomado de la página del periodista Lázaro David Najarro Pujols


Liset Lantigua GonzálezDespués de muchos intentos acabo de leer la novela "Y si viene la guerra", de la escritora cubana Liset Lantigua González, publicado por el grupo editorial Norma de Ecuador, e impreso en Colombia en febrero de 2007, con ilustraciones de Roger Icaza.

Lo común es que yo lea un libro, como el de Liset, de un solo tiro y más aún si la lectura es amena como es el caso, pero me fue muy difícil, allá en Ecuador, concentrarme en la lectura y visitar tantos lugares hermosos como Quito, Cuenca, Ambato, Ibarra, Cotacachi…

En Cuba aprovecho los momentos en que viajo para enfrascarme en la lectura de una obra literaria, pero en el Ecuador es casi imposible leer un libro en un bus por la cantidad de vendedores ambulantes que los abordan a todo lo largo de su trayecto, ofertando disímiles productos.

Liset Lantigua González, en la novela Y si viene la Guerra, destinada a adultos y niños mayores de 11 años, nos cuenta la historia de forma amena y curiosa de su pueblo, "un pueblo triste y aburrido y seco, sin mar, sin río, sin piscina", pero que además, para sus personajes, es un sitio monótono, horrible, donde generalmente no ocurre nada trascendental y que lo más importante es esperar las vacaciones para irse a la playa.

"Pero (como se plantea en la contraportada) algo se cierne sobre la vida aparentemente quieta de este pueblo: la amenaza de una guerra que puede venir y suscitar una espera larga e inquietante, la del regreso de quienes van a partir sin saber muy bien por que lo hacen. Es un mundo que crece con todos sus secretos inesperados".

Pero todos los personajes no ven así al pueblo: monótono, horrible... Adolfo, el pintor, lo observaba desde una visión más hermosa. " Debe tener más de cien años porque sus hijos ya son viejos y su esposa murió hace siglos. Adolfo era pintor. También fue militar pero nadie lo recuerda por eso sino por pintor. Un día hicieron una exposición en el pueblo con sus cuadros. Adolfo pintaba paisajes. Pintaba árboles diminutos y casas de campo. También pintaba vacas y caballos. Unas vacas muy mansas con sus hijos al lado. Pintaba caminos y carreteras. Adolfo no pintaba persona y hacía bien.

"(...) En fin... Ese día Adolfo habló por el micrófono. Dijo: "He pasado mi vida pintando los paisajes del pueblo, este lugar es lo más bello que ha podido pasar". Enseguida dijo gracias, un "gracias" arrugado, como de toda la vida. Gracias. La gente empezó a aplaudir y a emocionarse. Yo no podía creerlo: esperaba que Adolfo se quejara del pueblo, de lo horrible que es --un pueblo triste y aburrido y seco, sin mar, sin río, sin piscina-- con su vocabulario lleno de cosas chiquitas. Pero no. No lo hizo. Sentí que Adolfo estaba engañando a la gente, que eso no eran los paisajes del pueblo, eran los paisajes de "Adolfo el pintor", sus propios paisajes. Pero la gente no hacía más que aplaudir y emocionarse... "

En Y si viene la guerra, estructurada en 30 capítulos, el personaje central de la trama es una niña que va contando todo lo que ocurre en su pueblo, allá en Los Arabos, Matanzas y que desea que nunca venga la guerra para disfrutar de las vacaciones en una cabaña de su abuelo que está próxima al mar, una niña que quizás sea la propia autora de la novela.

Liset Lantigua González (1976), Los Arabos, Matanzas, es autora además de los poemarios Mi amada Instar, y Bajo el célico gris, editados por la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión", de Quito.

(Texto y foto: Lázaro David Najarro Pujols)

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