El adoquinado de nuestras calles
De menor antigüedad que los tinajones, los adoquines que pavimentan nuestras principales calles constituyen otro toque distintivo de la ciudad. Hacia la primera mitad del siglo XIX, las polvorientas calles y plazas de las zonas céntricas de Puerto Príncipe fueron pavimentadas con ladrillos o piedras (empedradas, al decir de la época).
Hacia la primera mitad del siglo XIX, las polvorientas calles y plazas de las zonas céntricas de Puerto Príncipe fueron pavimentadas con ladrillos o piedras (empedradas, al decir de la época).
Al correr de los años, las obras del acueducto, el alcantarillado y el tendido de la línea del tranvía en las principales arterias urbanas terminaron por deteriorar aquel pavimento original, que en algunos lugares no debió diferir del que aún se observa en Trinidad.
El 3 de julio de 1921 se inició la renovación del pavimento de las más importantes calles de la ciudad. El adoquinado hizo su aparición en Camagüey.
Los adoquines de granito fueron comprados en Noruega, al precio de dieciocho centavos de dólar la unidad. Manos hábiles los dispusieron. Adaptaron su geometría al caprichoso trazado urbano de nuestra ciudad, tejiendo una urdimbre de hermosas figuras que aún hoy pisan los pies de nativos y visitantes. (Texto: Héctor Juárez Figueredo / Tomado del Sitio de Información Turística de Camagüey).
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